Las medio-verdades de Cap D’Agde

Después de 15 años en el ambiente liberal y casi diez años veraneando en Cap, no deja de sorprenderme cuando leo algunas cosas sobre lo que allí sucede en función de quien las cuenta.

A medida que alguien hace un comentario sobre lo que escribo en el blog, procuro leer lo que también escriben los demás.

Así descubrí a txantxangorri del cual envidio su forma de plasmar lo que piensa. El de amigos horizontales, que fue donde encontré el blog capd’agde que me llevo a la carta escrita por un tal Taylor, de la cual extraigo algunas de las «medias verdades» que cuenta, y yo voy a comentar sin ningún pudor:

 –Todo tipo de trajes “de guerra” buscando, calentar al que mira.–
 A mi mujer le gusta vestir así y a mi me encanta. Y no solo ella sino en el resto de las mujeres. Yo no me caliento, disfruto viéndolas.

–Lo que más vimos era mujeres encantadas de su papel de “objeto de deseo” siendo exhibidas por sus maridos como quien pasea a un caniche, mientras ellos a lo más que llegaban era a una camisa “de los domingos”.–

Veo que es de la generación en la cual solo había una camisa para los domingos y festivos y otra para la semana. Yo «solo» llevo 15 camisas, además de polos y camisetas, para los 15 días que pasamos allí. Y tengo la suerte de vivir con una mujer ( La Güela para los amigos ), que sabe exhibirse sola, sin ayuda de nadie.

–Se da mucho el señor muy mayor acompañado por una infartante rubia que a lo largo de la noche será devorada por jóvenes leones.–

 No se da tanto como dice, aunque si es cierto que los hay, que van acompañados de profesionales, pero cualquier liberal los caza al vuelo; no así los avejarucos que con tal de meter se la meten en culo a una cabra.

–Cap d’ Adge es el único sitio del mundo donde las mujeres van a la playa con tacones (de 10 y 20 cm).–

Yo la verdad que por la arena no vi a nadie con tacones. Seria como decir que en  California las mujeres van a la playa en patines…

–La recepción esta fuera de la valla del campo (como a 2000 metros). No limpian los apartamentos.–

La recepción sí puede estar a 2 kms de un apartamento, pero está a la entrada de la urbanización, así como las agencias donde se alquilan los apartamentos. Y sobre que no los limpian quizás los de los avejarucos no, pero a nosotros siempre nos lo entregan limpio.

–Una curiosidad: cuando terminan los folladores la gente aplaude. Así son los franceses.–

Nosotros nunca los vimos aplaudir… pero el tercer año que fuimos, una pareja de Barcelona con unos amigos de Santander montaron tal número en la playa, que al finalizarlo yo empecé aplaudir y animé a toda la concurrencia a que lo hiciera. Desde entonces si el espectáculo es bueno y se lo merecen, la ovación es de gala.

–Decían que a veces, a lo lejos aparece la policía. Nunca los vi.–

Quizás nunca hayas estado en Julio o Agosto porque sí están. Es más, como te pillen follando en la playa, la multa puede alcanzar los 9.000 € y acabas detenido.

–(…cosa compleja ya que en el Cap no hay mujeres solas).–

Es posible que él no las haya visto, pero las pocas que hay, no se porqué, acaban en la cama con La Güela.

–El Glamour pasa por ser uno de los tres clubs más exclusivos del mundo y cuentan que se llegan a reunir más de mil parejas.–

Eso es que ha visto pocos clubs de intercambio… Y con el aforo creo que lo equivoca con el extasia, ya que en el Glamour si metes 500 parejas, ya no podrías bajar la escalera de caracol para ver follar a los demás.

—…camelándose al encargado, que hablaba español. El mayor problema lo presentaba el portero: Un fornido negro que no te dejaba ni acercarte a un metro de la puerta.–

No se si se refiere a Manolo, que dicho sea de paso es primo hermano de uno que fue entrenador de la selección española de fútbol. O el que estaba el año pasado de padres murcianos emigrados en la postguerra, que anteriormente estaba de encargado en el Tantra y era quien nos dejaba pasar gratis todas las noches. Su pareja era la que cobraba en la caja. Con el negro no se equivoca nada de nada.

Y es que cada uno ve «la procesión» desde ángulos diferentes…

El Canuit, que lo cuenta según lo vio.